Vacíame de todo lo superfluo,
de todo lo anodino y denso,
y deja que sólo tu Presencia
se haga sentir y me ilumine.
Ser nada y, a la vez, todo,
ser un murmullo de agua
y un susurro de hojas
danzando al viento.
amanecer esplendoroso
y diamante estelar
en noche oscura.
Ser pura belleza sin mácula,
sonrisa abierta al Cielo y a la Tierra;
incausada alegría,
capaz de transmutar en un respiro
la amargura más honda,
la oposición más tenaz
a tu Armonía.
Ser dulce abrazo
que alivia todo llanto,
beatífico aliento,
en expansión creciente,
brotando de Ti mismo.
Ser silencio,
dilatándose entre el caos y el ruido.
Ser pájaro de reverberante canto,
surcando espacios
diáfanos y abiertos.
Ser juego de niños
inmersos en el instante mágico...
Pero también,
ser tempestad y rayo que destruye,
de un golpe certero,
la perversión inmunda
siempre al acecho,
la disonancia de tu nota
clara y límpida.
Elma
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