Ahora, creo posible
dirigir las nubes que se forman,
silenciar al trueno rugiente y poner rienda
a los relámpagos. Sólo que primero debemos coaccionar
al Dios que se mueve aquí en el interior
enamorado de su sometimiento y confinado
por sus propios sirvientes, esclavos sin motivo
de cada señuelo y de cada atadura tentadora.
Y, sin embargo, el hombre ama el poder, pero el poder de superar
la Fuerza que acepta sus límites. ¿Dónde está entonces
ese límite? ¿Por qué no atreverse a todo el abrazo?
¿La gran atracción? Arriesguémonos a la extinción
si por este atrevimiento, la inmortalidad
y la alta omnipotencia vienen a nuestro encuentro ...
O seamos perfectos aquí, para superar todos los límites
¡Para sentir que el mundo es un juguete en nuestras manos!
Sin embargo, ahora que he captado una corriente
de la tremenda fuerza que mueve el mundo,
yo sé, oh Dios, que amanecerá por fin el día
en que el hombre se levantará del barro
y tomando en sus manos el sol y las estrellas
remodelará la apariencia, la ley y el antiguo proceso.
Entonces, el dolor y la discordia desaparecerán del mundo.
Que la tierra yerma acepte la rosa
y en el desierto silencioso gorgoteen sus riachuelos;
El hombre, una vez más, sea la imagen verdadera de Dios.
Sri Aurobindo
(Fundación Centro Sri Aurobindo)
Nota biográfica
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